Tras el devastador terremoto en Nepal, las organizaciones internacionales de ayuda envían personal, medicinas y alimentos. Para que las partidas de ayuda lleguen a las zonas necesitadas se requiere un mecanismo de distribución efectivo. Pero la envergadura del desastre sumada a las escasas infraestructuras suponen un gran desafío para que la ayuda llegue a los damnificados.